domingo, 3 de agosto de 2014

Bogotá quiere combatir el crimen parrandeando hasta la madrugada


Hace 20 años Bogotá apostó por “la hora zanahoria” -bares que cerraban a la 1:00 de la mañana- para combatir la criminalidad y la violencia. Ahora la apuesta es por “la rumba extendida” hasta las 5:00 am. ¿Funcionará?

Bogotá quiere combatir el crimen parrandeando hasta la madrugada
Mayra y Carolina en la "Cuadra Alegre
Las luces de neón y la música que retumba en los establecimientos de la "Cuadra Alegre" son una invitación a la fiesta y Mayra Torres está dispuesta a hacer durar la suya todo lo que pueda.
"Hasta que nos saquen", responde esta bogotana de 27 años cuando le preguntan hasta qué hora planea parrandear junto a sus amigas en esta noche de sábado que, al menos aquí, ya empieza a ponerse caliente.
"Aunque no sabemos si aquí hoy va eso de la rumba extendida", agrega, refiriéndose a la reciente iniciativa de la alcaldía de Bogotá que amplía hasta las 5:00 de la madrugada el horario de cierre de ciertos establecimientos.
La medida -que para mala suerte de Mayra por el momento no aplica a este sector de la ciudad- básicamente permitirá que los horarios de la noche bogotana se pongan a la par de los de otras urbes latinoamericanas como Buenos Aires, Santiago y Ciudad de México.
Pero en Bogotá no todos están contentos con la disposición, que después de varias semanas de prueba se convirtió en realidad el pasado fin de semana.
Y no deja de ser curioso que la ciudad que hace casi 20 años decidió restringir significativamente los horarios para la venta de alcohol y el funcionamiento de bares y bailaderos con el fin de combatir la criminalidad y la violencia, ahora esté apostando por su ampliación en parte con la misma idea.

"Efectivamente, una de las motivaciones detrás de la 'rumba extendida' es el control de las ilegalidades vinculadas a los clubes o 'amanecederos' ilegales que han proliferado por causa de las restricciones horarias", explica Rubén Darío Ramírez, el director del Centro de Estudios y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (Ceacsc) de la alcaldía de Bogotá.
Aunque también se trata -le dice a BBC Mundo- de garantizar el derecho de extender la salida nocturna en lugares seguros, así como de estimular la concentración de las actividades en zonas especializadas, como parte de un esfuerzo de ordenamiento territorial que facilitaría el control por parte de las autoridades.

"La hora zanahoria"

La idea, en cualquier caso, es que la nueva disposición se traducirá en una disminución en el número de muertes, riñas, estafas, asaltos y otros delitos vinculados a dichos "amanecederos", como se llama aquí a los lugares de fiesta que operan hasta altas horas por fuera del circuito de locales autorizados.
O, en general, a los delitos asociados a la rumba que continúa después de las 3:00 am, la hora a la que por más de una década han tenido que cerrar sus puertas todos los bares y bailaderos de la capital colombiana.
Dicho horario entró en vigencia a finales de 2002. Pero antes de eso el límite era la 1:00 am: la famosa "hora zanahoria" establecida por el alcalde Antanas Mockus en diciembre de 1995.
Y según Hugo Acero, quien para entonces se desempeñaba como consejero de seguridad de la alcaldía, la medida permitió una reducción del número de homicidios en la capital del orden del 14%. Mientras que las muertes por accidentes de tránsito disminuyeron considerablemente, pasando de 25 por cada 100.000 habitantes a solo 8,2, también gracias a la restricción "mockusiana".
En diciembre de 2002, sin embargo, el mismo Mockus decidió permitir la ampliación de los horarios a lo que llamó "la hora optimista" (3:00 am), entre otras cosas precisamente para combatir los lugares de rumba que operaban al margen de la ley.}



Aunque -según Acero- la medida no logró disminuir el número de establecimientos ilegales, tampoco afectó negativamente los indicadores de mortalidad y violencia.
"Estos se mantuvieron, porque tuvimos el cuidado en ese momento de incrementar los controles", le dice a BBC Mundo el exfuncionario, quien considera que la "rumba extendida" es, en principio, una buena idea.
Si bien, en su opinión, la medida es un poco apresurada. Y ciertamente no lo que Bogotá estaba necesitando.
"En lo que se refiere a los establecimientos ilegales el primer esfuerzo de las autoridades debería estar orientado a controlarlos, porque aunque la extensión del horario seguramente le va a quitar alguna clientela ahí no sólo va la gente que quiere seguir bailando toda la noche, sino también aquellos interesados en ciertos comportamientos ilegales: drogas, prostitución, etcétera", apunta Acero.
        

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